A nivel mundial, el 52% de la población presenta insuficiencia y deficiencia en niveles de Vitamina D. El encierro de las personas durante la pandemia ha agravado esta problemática, ya que hay menos exposición al sol, la principal fuente de Vitamina D. Asimismo, según especialistas, niveles adecuados de Vitamina D podrían ayudar a disminuir casos de gravedad en pacientes con Covid-19.

Tras corroborar el creciente número de casos de insuficiencia y deficiencia de vitamina en la región centroamericana, la comunidad médica ha venido enfatizado en la necesidad de un adecuado diagnóstico y la correcta suplementación según los niveles de cada paciente.

La deficiencia o insuficiencia de Vitamina D – entendiendo como deficiente los casos más severos- puede afectar a niños, jóvenes y adultos, pero existen algunos grupos que son más propensos, como los adultos mayores, las personas con piel oscura, personas con obesidad, personas con osteoporosis, hipertiroidismo, enfermedades renales, enfermedades crónicas y todas aquellas personas con niveles bajos de la vitamina D.

La Vitamina D, llamada también hormona D por sus múltiples funciones en el cuerpo, es esencial para absorber el calcio y juega un rol importante en varios sistemas, ya que es un nutriente necesario para su correcto funcionamiento y, asimismo, contribuye a prevenir enfermedades como la osteoporosis y otras relacionadas con los sistemas inmunológico, metabólico y en complicaciones del embarazo, entre otros.

“Lamentablemente la ingesta de alimentos con contenido de Vitamina D no es la forma óptima para que las personas obtengan los niveles suficientes de esta hormona en el organismo. Por esto, una correcta alimentación no basta para tratar los casos de insuficiencia y deficiencia de Vitamina D, ya que la dieta solamente aporta el 10% o menos requerido por el organismo”, aseguró el doctor Armando Marenco, Ginecólogo y Obstetra.

El profesional de la salud destacó que la industria farmacéutica ha puesto a disposición en el país nuevas alternativas terapéuticas para la atención y tratamiento adecuado en los diferentes casos de deficiencia o insuficiencia de la Vitamina D.

Las opciones terapéuticas disponibles de la vitamina D se presentan en forma de suplementos orales en dosis variadas, que pueden administrarse en forma diaria, mensual o bimestral.

Los niveles mínimos de vitamina D se han determinado en un rango entre 30 y 39 ng/ml, mientras que los niveles óptimos deseables están entre 40 y 60 ng/ml. La insuficiencia y deficiencia de la vitamina D3 se debe tratar preferencialmente con suplementos de Vitamina D3 de altas dosis, buscando un incremento rápido, significativo y sostenido de los niveles de Vitamina D. La dosis de 100,000 UI mensuales se ha posicionado como una opción importante para llegar a los niveles óptimos deseados.   

“Las dosis necesarias de Vitamina D para cada persona están directamente relacionadas con su edad y los niveles de la vitamina en el cuerpo, con el objetivo de llegar o mantenerse en los niveles óptimos recomendados (entre 40 y 60 ng/ml). Asimismo, se toman en cuenta estilos de vida y condiciones de salud del paciente”, afirmó el doctor Marenco.

Las cantidades recomendadas de Vitamina D en suplementos va a variar según la edad de la persona y el diagnostico o niveles de la vitamina que tenga en su cuerpo. Las dosis recomendadas de Vitamina D si la persona está en niveles óptimos.  En el caso que la persona no se encuentre en los niveles óptimos, se recomiendan dosis mayores a estas:

  • Nacimiento hasta 12 meses: 400 UI diarias
  • Niños entre 1 y 13 años: 600 UI diarias
  • Adolescentes entre 14 y 18 años: 1000 a 2000 UI diarias o 100,000 UI Bimensuales
  • Adultos de 19 a 70 años: 1000 a 2000 UI diarias o 100,000 UI Bimensuales
  • Adultos mayores de 71 años: 2000 UI diarias o 100,000 UI Bimensuales
  • Mujeres embarazadas y lactando: 1000 a 2000 UI diarias o 100,000 UI mensuales, bimensuales.